El trabajo del artista navega entre lo mecánico y lo sensorial. Una idea se imprime en su cabeza, la razona a través de un proceso que pasa de sus emociones a su experiencia. Esta abstracción, la materializa por medio de sus conocimientos prácticos en su área de trabajo.
Esto es lo que hace la estética de una obra. El éxito de su trabajo práctico (mecánica) depende de las decisiones que tome para expresar sus conceptos y mostrarlos en una forma entendible al público.
Existen trabajos artísticos que en su mecánica demandan dé un sinfín de variables que necesitan ser filtradas para decidir por la mejor. Al no decidir correctamente, trabajamos el doble, corrigiendo los errores suscitados por las malas decisiones. Tomar constantes decisiones pobres, estorba en el proceso creativo, y esta frustración nos impide aprender de los errores; necesarios para el desarrollo profesional de un artista.
En los trabajos artísticos de conjunto, como son el teatro, el cine o la televisión, el sistema de jerarquías hace que la toma de decisiones sea de suma importancia. Cualquier camino que se determine recorrer va a producir resultados distintos. El camino se puede llenar de fricción con malas elecciones, por supuesto, esto entorpece el trayecto. Un gran problema que se vive en los trabajos de equipo es que el conjunto sufre por cada decisión estúpida que se toma en un sistema jerárquico. Esto lastima la moral de la gente y repercute en su calidad de trabajo.
Algunos de los factores que influyen en la calidad de las decisiones son los siguientes.
- Estupidez. La probabilidad de que una mala decisión o acción se deba a la malicia de una persona es muy baja. El economista Carlo Cipolla, escribió un ensayo que te puede ayudar a entender del por qué las personas toman decisiones estúpidas.
- Amor por las suposiciones. Cuando no logramos reunir información y nos faltan hechos, basamos nuestras decisiones en suposiciones o peor, en supersticiones.
- Error en el modelo. La calidad de nuestras elecciones se debe a que escogemos de manera pobre un modelo. Esto es porque estamos trabajando fuera del área de nuestra experiencia o que no tenemos suficiente material y modelos con los que trabajar.
- No sabemos aprender. Podemos tener años de experiencia en nuestro trabajo; aun así, seguimos cometiendo los mismos errores. Sucede cuando no sabemos aprender de ellos y creemos que lo que sabemos, está escrito en piedra.
- Escoger lo fácil sobre lo correcto. Dentro de una mente binaria, todo es malo o bueno. Esto es falso cuando reflexionas en tus elecciones. Es común de la gente que tiene una mente binaria decidir en busca de la validación de otros.
Hacer que lo difícil parezca sencillo.
Muchos disfrutan tomar tests para medir su IQ (Coeficiente Intelectual). Es posible que sus exámenes den resultados sobresalientes y ser unos idiotas. Esto no se debe a la falta de inteligencia, es por la falta de imaginación.
Eliminar fricción del camino es invertir en tiempo. Entre más tiempo se tiene mejor enfoque y energía en el trabajo. La fricción nace de la necesidad de hacer las cosas sencillas de una manera complicada y por evitar los problemas naturales del trabajo.
Son muchas las maneras de armar un rompecabezas. Hay personas que abren el paquete y con el montón de piezas, escogen una por una hasta terminar; si lo llegan a terminar antes de ser víctimas de la frustración. Hay otros que antes de comenzar separan las piezas por grupos; las orillas y esquinas en uno, el resto de las figuras por color. Luego hacen grupos por áreas y formas. Para los segundos, el trabajo es el mismo, armar un rompecabezas, pero saben priorizar en dónde invertir su energía y disfrutan del proceso, no de la meta.
Las empresas imposibles solo son reales en mentes organizadas. Cualquier empresa, por más inalcanzable que parezca, se puede lograr al desmenuzarla en pequeñas partes. La imaginación tiene un papel importante en las mentes abiertas, aquellas que dudan de sus conocimientos y quieren fortalecerlos.
Pensar en segundo orden.
La realidad es difícil de aceptar porque nos invita a reflexionar. Al ver la televisión o leer noticias en donde se habla del cambio climático, las diferencias sociales, el feminismo, eso es realidad, y nos incomoda, porque es un ataque directo a nuestras emociones. Esto es el primer orden de pensamiento. La mayoría de la gente no filtra a segundo orden la información para buscar soluciones o reflexionar sobre un asunto. Mejor consume lo que le ofrecen los comerciales que hay entre noticias para sentirse mejor. Pensar es mal visto por los que quieren darnos basura a cambio de una supuesta calidad de vida.
Un artista, digamos, músico, pintor o escritor, al ver una realidad incómoda, alerta sus emociones, esto en primer orden y decide hacer algo. Entonces trabaja en esta idea de primer orden, la escurre en un razonamiento —segundo orden— y nos la presenta. Los artistas no abrazan las ideas de primer orden como protesta, sino a través de su trabajo quieren hacer a la gente reflexionar sobre los desequilibrios que trae la sociedad y la democracia.
Pero también están los artistas que trabajan en equipo. Y en un trabajo de conjunto las decisiones están a la orden del día. Para saber decidir tenemos que tener un abanico de modelos mentales que nos ayuden a pasar, de la primera emoción que se produce en una intersección, al segundo orden, i.e., razonar. También conocido, entre los baristas de Starbucks, como evitar la estupidez.
Las primeras impresiones que llegan a nuestra cabeza son producto de las ideas que escuchamos de otras personas, no son propias, por ello debemos filtrarlas al segundo y tercer orden. Reflexionar para reconocer las consecuencias de nuestras acciones.
Al surgir en nuestra mente una idea, debemos preguntar: ¿Y luego qué sucede? Este proceso no es sencillo, de hecho es un proceso no lineal. Pensar en vertical, es lo que hacen las personas que reaccionan al primer instinto. Para evitar la estupidez, debemos de tener modelos mentales que nos ayuden a digerir las decisiones.
Siempre existe el tiempo en contra, la presión de las personas que esperan por una decisión. Pero tomemos aire, y consideremos qué es lo que puede suceder al tomar una mala decisión. La apatía, la inseguridad, el miedo a los juicios de terceros son los enemigos de las mejores decisiones. La paciencia y saber priorizar la información son nuestros aliados.
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