¿Qué tal si nos tomamos un momento para preguntarnos si la vida realmente es una competencia? ¿Contra quién?
Vivir para ganar dinero, propiedades y cosas materiales no es vivir, además es una tragedia ver que las personas se identifican por lo que tienen y se sienten superiores al tener más que el otro.
Tal vez tener comodidades sea un buen logro para una persona, pero al final todos terminamos igual: muertos y con nuestras cosas regadas por ahí.
¿Qué tal si consideramos otra opción? Vivir y deshacernos de todo lo que nos impida hacerlo o nos esclavice.
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