GEDANKENFAHRUNG.

Gedankenfahrung, Experimento Mental. Es una expresión popular entre científicos popularizada a principios del siglo XX por el físico y filosofo Austriaco Ernst Mach. Su planteamiento es llevar a cabo experimentos de manera mental utilizando la imaginación.

Los experimentos mentales fueron empleados por Galileo, Newton y Darwin, pero no fue hasta definir su uso que la ciencia comenzó a usar esta herramienta de manera regular. Bertrand Russell, filósofo, matemático y lógico, disfrutaba pasar su tiempo haciendo varios para cuestionar conservadurismo que se heredó del siglo XIX. Albert Einstein hecho mano de la herramienta para cuestionar las leyes de gravedad y postular sus teorías sobre la gravedad en su annus marabilis. Desde entonces la ciencia emplea los experimentos mentales para crear simulaciones de sus postulaciones.

Imagina viajar a la velocidad de la luz.

Albert Einstein contaba la historia de que cuando andaba en bicicleta por los campos de Italia, imaginaba viajar a la velocidad de una rayo de luz; así nació su idea de la Teoría de la Relatividad. Con su título de físico y atorado en una oficina de patentes, llevó a cabo experimentos mentales con la caída de un hombre desde el Zytglogge. Desde distintas perspectivas imaginaba las consecuencias, gestaba modelos mentales y aplicaba los axiomas a sus teorías. Todo antes de escribir sus ideas y probar la matemática en ella.

La ventaja de un experimento mental para producir hipótesis, teorías y principios es que la imaginación no tiene límites. Ahí puedes llegar a cualquier rincón de lo posible e imposible y observar los resultados de tus proposiciones.

La ciencia se divierte haciendo experimentos mentales, de otra manera sería muy difícil poner un gato dentro de una caja y esperar a que muera por radiación. También para explicar comportamientos de partículas, explicar números imaginarios o aplicar constantes como las de Euler y Riemann.

Las Matemáticas son una manera de pensar.

Lo complicado de un proyecto es aprender a tomar decisiones. Una efectiva resolución se hace cuando podemos observar la probabilidad de cada decisión. Confiamos en una decisión cuando esta se sostiene con pruebas.

Las matemáticas no se aprenden memorizando. Tampoco debe de ser una materia basada en la fe. Deberíamos de comprender, preguntarnos, entender cómo se llega a un resultado. La confianza en el tutor es esencial. Aprender es comprender. Para entender un concepto o resultado debemos de tener la mente abierta para generar preguntas que sirvan para comprobar un hecho.

Los hechos no son completa certeza, pero aquí no vamos a citar a Wittgenstein o Gödel. Cuestionar a los hechos es lo que nos ofrece distintas perspectivas de una opción. Cada proposición. Depende de su contexto y sus probabilidades.

Los números nos ayudan a llegar a la certeza de una proposición, sí comprendemos como utilizarlos a nuestro favor.

Visualiza de adelante a atrás y viceversa.

Llevar a cabo experimentos mentales es divertido y ayuda a conocernos mejor. ¿Por qué su uso no es común? Necesitamos de imaginación y pensar. Presumimos de tener estas herramientas a la mano y estoy seguro de que todas las usamos todo el tiempo. Pero hasta cierto punto, i.e. no todos tenemos la paciencia y capacidad para creer e imaginar con profundidad.

Es una tarea laboriosa que requiere experiencia sobre los que estemos tratando discurrir y además tenemos que poder confrontar ideas opuestas, mientras esto sucede tenemos funcionar normal. Fitzgerald decía que: La prueba de una inteligencia de primer nivel es poder retener dos ideas opuestas en la mente al mismo tiempo y aun mantener la habilidad de funcionar.

La visualización correcta de una proposición es partiendo de una meta y después crear un camino hasta la conclusión. Los pasos a seguir entre cero y el resultado están adornados de obstáculos e intersecciones. Cada paso tiene variables que nos dan una idea de las probabilidades de éxito. Resuelta la aventura, hay que cerciorarse que hayamos escogido el camino correcto —o el más correcto—. La manera es recorrerlo de la meta a la salida, poniendo atención en los detalles, ya saben, ahí donde vive el diablo.

Una profunda introspección se puede convertir en un infierno.

Los experimentos mentales son sencillos cuando hacemos un plan para salir a comer. Cuando nuestro proyecto es a largo plazo nos internamos en el bosque de las incertidumbres.

T.S. Elliott ilustra la aventura de pensar en unas líneas:

La mente estaba a dos metros de profundidad en una
cisterna y una serpiente marrón con una tri-
angular cabeza habiendo tragado su
cola luchaba como dos puños
entrelazados. Su cabeza se deslizó a lo largo
de la pared de ladrillos, demoliéndola.

Decimos que pensar es navegar entre un laberinto de ideas, dudas y opiniones que habitan en la mente. La realidad, cavilar, es observar con paciencia las distintas proyecciones que se imprimen en nuestra cabeza. Reconoce y aceptar la realidad es esencial.

Everybody be cool, you be cool.

Siéntate tranquilo a reflexionar y reflexiona. Esto lleva tiempo. Haz un mapa mental para encontrar el tesoro que deseas. Reconocer el camino correcto es aprender a través de ensayo y error.

El tiempo no está en contra de la realización de una empresa, los experimentos mentales ayudan a hacer trabajar el tiempo a nuestro favor. Pero hay que aprender identificar el momento correcto para tomar acciones.

Los problemas y obstáculos no desaparecen por obra de un milagro. Hay que enfrentarlos y para eso necesitamos de una paciencia feroz y un buen razonamiento.

Las personas, al pensar, parecen estar estáticos, pro en su interior se libran batallas feroces. Ideas chocando con otras, intentando integrarse en una misma.
Quizás un pensador profundo prefiera lo complejo sobre lo simple. Esto porque quieren unir y enriquecer un proyecto. Cuando algo vale la pena, no es sencillo, pero sí es divertido y laborioso.

La inteligencia y la imaginación son elementos de la mente que se desarrollan a través de la práctica. Entre menos las utilizamos, menos crecimiento tienen.