Cibersociedad. La “i” Gen.

La iGen, es la integración de todas las generaciones del siglo XXI. La generación de los encorvados, los jorobados. El siglo del testigo digital.

En la mayoría de las imágenes que miramos todos los días, es común ver a varios de los personajes con los ojos clavados en un celular o computadora. Incluso, extras de las películas, al no encontrar una motivación meramente humana, aparecen con las cabezas gachas en su celular. Es raro observar un evento histórico, aun a pesar de vivirlo en sitio, con la propia mirada; ahora vemos a través de cámaras y celulares.

Nada de esto es nuevo, desde el siglo XX el testigo principal de grandes eventos fue el cine, luego la televisión, ahora se sumaron la internet y las redes sociales. La sinceridad con la que en otras épocas se construía la identidad de las personas, se perdió entre el sistema binario. Somos lo que dicen las redes sociales, nuestros CV y portafolios. La figura del creador se hizo a un lado para dar paso a las marcas, y a los perfiles digitales.

El sueño del internet —crear una inteligencia colectiva—, se degradó por falta de una cibercultura. La libertad que nos ofrece la información, se corrompe con nuestra falta de autenticidad. Todo necesita validarse, porque nos aferramos a creer en certezas. Nuestra capacidad de imaginación y asombro, ahora se reduce a unos cuantos unos y ceros.

El enfoque del sistema escolar actual, está en crear obreros obedientes. Ya no hay lugar para el alumno que contempla. Para aquel que desea reflexionar y alimentar su curiosidad con imaginación. Lo único, es aprender para qué sirve cada botón. Y, en caso de duda, existe una aplicación que te dice cómo resolver cualquier asunto. Incluso, te puede ayudar a organizar tu vida, sin tiempo para las ideas nuevas. La prueba está en los retrocesos que existen en las materias de matemáticas y lenguaje: Leer un libro es tedios; escuchar música con fugas y contrapuntos, es para dormir; hacer una operación algebraica es un acto de presunción.

A pesar de todo esto, la internet, nos ofrece una manera nueva de absorber la cultura del mundo. La inteligencia artificial es una herramienta que, de usarla con responsabilidad, nos libera de un conocimiento petrificado, al que deseamos aferrarnos.

El acceso a la información, debe hacer flexible a nuestra mente para así dejar atrás las certezas, y descubrir que éstas son solamente un conocimiento evolutivo: en constante construcción. Se necesita liberar la imaginación de todos para encontrar en el futuro, la mejor forma de disfrutar de la vida.

Es espectacular, ver en un video florecer a una flor, o preparar una comida, en treinta segundos. Pero es de una belleza y satisfacción mayor, el sembrar la semilla, y con paciencia, regarla, alimentarla y verla florecer; preparar una comida y disfrutarla con un ser amado. Sin testigos, sin buscar algún tipo de validación. Tan solo ser sinceros con nosotros mismos y ver florecer a nuestras ideas.


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