Jerárquicamente, el director de fotografía en una película se considera a sí mismo tan importante y necesario como el director y productor. Es difícil discernir en ello, todas las películas se pueden ver gracias a la fotografía. Pero antes de capturar una imagen, tiene que existir esta. Dentro del cuadro cinematográfico, vemos personajes, decorados, vestuario, maquillaje, todo envuelto en una atmósfera sonora.
Desde el expresionismo Alemán y los experimentos con movimientos de cámara, tamaño de cuadro, uso de sombras y la utilización de distintos lentes de D. W. Griffith y Cecil B. DeMille, la fotografía en el cine se convirtió en parte esencial de la estética del cuadro. Aunque la estética psicológica y filosófica de la película se logra en la edición, una captura rica de imágenes convierten en una herramienta valiosa.
El Director de Fotografía (DP, por sus siglas en inglés Director of Photography) es sin duda un artista que, logra un balance entre la luz y la sombra, y los colores y trazos escénicos del cuadro cinematográfico. Su talento se nutre de la pintura, la fotografía, la psicología y la adicción al cine.
Para que su talento luzca, debe de pasar desapercibido al espectador. Crear tomas maravillosas, puestas de sol o amaneceres —hora mágica—, llenos de emoción y planos abiertos con el brillo de la luna y luz neón impresos sutilmente en el suelo, no sirven de nada cuando están fuera de tono con el drama y, conceptos generales de la historia.
Al imaginar dar vida a la prosa del escritor, a la acción de los actores y a los trazos escénicos del director, el DP tiene que capturar la información necesaria que el espectador necesita percibir en una fracción de segundo y que a la vez en este, surja una emoción que lo sorprenda. Poca información da un resultado confuso. Mucha información aburre.
La búsqueda para exponer esta emoción se da cuando el DP entiende que cuadro antecede y cuál procede, que sucede antes de la escena y que pasa después.
El trabajo.
Ya que los proyectos cuentan con distintos recursos económicos y materiales, el DP, como cualquier artista, debe de estar, día a día, preparándose para aprender a utilizar todos los elementos que tiene a la mano para lograr la mejor captura de imágenes.
El mejor ejercicio es experimentar y aprender de ello. Tomar fotos a todo y contar una historia en pocos cuadros. No sirve solamente buscar el resultado en una foto, sino que tiene que aprender a ensamblar un conjunto de varias fotos estáticas y narrar una historia.
Preproducción.
Lluvia de ideas: En una utopía, al integrarse el DP al equipo de trabajo, el director ya cuenta con propuestas claras mostradas en storyboards y una visualización de los objetivos de las escenas. Por lo general, la realidad es otra, y es quien por medio de reuniones ayuda a aclarar los conceptos de la imagen.
Locaciones: No existe la locación perfecta, incluso cuando se ha escrito la historia con locaciones reales y accesibles. La alimentación de la luz natural y las posibilidades para escoger las fuentes de luz artificial, siempre son el gran obstáculo para el juego de luz y sombra dramático.
El equipo de trabajo: Los asistentes, el equipo de Staff y eléctricos, son los que ayudan al DP a concentrarse en la construcción de la imagen. Escoger a este equipo no es sencillo cuando se carece de una filosofía de trabajo y una metodología para escoger personal. No siempre el mejor y más experimentado equipo son una ventaja, muchas veces sus egos se convierten en un estorbo.
Materiales: Cuando existe confusión en el departamento de dirección y el departamento de producción se encuentra con problemas para definir locaciones, el DP, inexperto, solicita luces, cámaras y lentes que cubran las posibles incertidumbres. Cuando no se tiene claridad, todo se vuelve una posibilidad, pero cuando un DP conoce su trabajo y logra comunicación con todos los departamentos, aprende a aprovechar los recursos al máximo. Sean cuales sean estos. Lo mejor es ser económico y tener la capacidad de moverse rápido y con facilidad. Demasiado equipo en una producción pequeña se convierte en retrasos y genera un agotamiento innecesario.
Producción.
Fotografía principal: Es el momento de llevar a cabo la materialización de las ideas.
Composición y encuadre: Aún con un plan y storyboards detallados, no hay cómo aprovechar los bloqueos y ensayos para definir las tomas y encuadres. De esto la importancia de tener el equipo necesario y básico para realizar cambios y correcciones rápidos.
Exposición: Depende de la cantidad de luces y el tiempo de iluminación dramática que se busca obtener. Es importante saber, por ejemplo, si la película será narrada con atención en detalles y oscuros, esto no significa que se necesita poca iluminación, al contrario.
Lentes: El lente sirve para dar o quitar profundidad a la imagen, para determinar la claridad y cantidad de información que se va a mostrar dentro del cuadro.
Movimiento: No todas las películas están narradas con movimiento de cámara, pero es atractivo y dinámico tener movimiento en cada toma. Aunque se cuenten con los instrumentos más avanzados en el mercado para movimientos de cámara, un DP sin destreza y sin sensibilidad a la imagen, pueden hacer basura a las acciones, decorados y trazos escénicos al mover la cámara.
Posproducción.
Gradiente de color: La estética del color es uno de los elementos que descuidamos con facilidad. Al no estudiar las teorías de color, se tiende a sobre colorear las imágenes. Todo queda muy bello y vistoso, lejos del drama. Sí, el color se da en la producción, pero es en la posproducción se le da vida y estética.
Estudiar para Director de Fotografía.
Nassim Taleb dice: En la academia no hay diferencia entre la academia y el mundo real; en el mundo real, la hay.
La ventaja de estudiar cinematografía en una escuela de cine es aprender teoría y adquirir experiencia. Mientras el estudiante no tenga miedo a los fallos que conlleva el aprendizaje, aprenda de ellos y sea curioso, sacará el mejor provecho de la experiencia escolar. El problema principal de la escuela, además de estar en la posibilidad de instruirse con maestros miedosos y cautos, es la utilidad del equipo. Es la costumbre de, alumnos demandantes y deseosos de ver el reflejo de su dinero en equipo e iluminación, pedimos tener a la mano lo mejor de lo mejor. Esto provoca que quizás logres capturar grandes imágenes, pero reflexionemos y veamos si el resultado es debido al talento o, a las herramientas mecánicas.
El otro problema es que las escuelas de cine forma a su alumnado con una filosofía de elite, la cual tardarán, en el mejor de los casos, varios años, en desprenderse de ella en el mundillo profesional del cine.
Por el otro lado, está el autodidacta que aprende, ya sea por su cuenta o trabajando en bodegas de equipo y sets de filmación. Han existido casos exitosos, pero la posibilidad de que se le considere un profesional DP sin instrucción académica, es muy baja. Irónico, sin embargo, la mayoría de los productores lo menos que desean es tomar riesgos y un fotógrafo sin experiencia es uno alto. Por ello, si deseas aprender cinematografía a base de estudio, esfuerzo y disciplina, es importante que trabajes en cualquier oportunidad, sin importar cuál sea, para construir tu reel.
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