El productor.

Considerado el Scrooge del equipo de filmación. Su misión es administrar todos los recursos para que se logre terminar una película o cortometraje en tiempo y con calidad.

En nuestras mentes está impreso el trabajo de producir como algo molesto, pesado, quizás hasta repulsivo. Puede que tenga que ver con nuestro resentimiento a los números. O sé piensa que el productor es un ente que se dedica a entorpecer el trabajo creativo. En una época donde las etiquetas son menos ofensivas que los adjetivos, algunos productores, para diferenciarse del mito, se hacen llamar productor creativo.

La imagen del productor como una especie de estorbo en el proceso de la creación se forma en aquellos de mente estrecha. La responsabilidad y el riesgo de que el proyecto tenga éxito recae en sus hombros.

El escritor o el director, cuando conceptualizan la película, inician el trabajo de productor. La tarea pasa de ser una abstracción a una materialización, al viajar en las profundidades del texto. Entonces debemos de decidir en continuar cómo escritores, directores o convertirnos en el productor.

Existen proyectos en los que un individuo aparece como productor, director, guionista, editor e incluso, alguna vez me topé que además de los antes mencionados, sonidista. El creador de este espagueti de egos puede estar muy orgulloso, pero siempre encontramos que alguien, además de este narciso, fungió como productor. Si uno es más curioso, descubrirá que en realidad fue director de muchos departamentos, pero con la ayuda de varios talentos, llamados asistentes.

En caso de que este emperifollado haya logrado contar una historia, podremos admirar su capacidad de organización y enfoque y su falta de capacidad para ser productor y saber reunir y trabajar en equipo. Por lo general, el multitasking produce malos resultados. Por eso un proyecto necesita a alguien que se encargue solamente de la producción.

El trabajo requiere que se aprenda a decidir en todo lo que va a afectar al cuadro cinematográfico de manera directa e indirecta.
La responsabilidad para organizar a este personal recae en la persona del productor. ¿Por qué? Porque el cine es un trabajo en equipo donde se conjuntan diversas áreas con distintas necesidades y tiempos cada una. Y alguien tiene que enfocarse para conseguir y administrar los recursos de cada área. De lo contrario, los procesos de la filmación se convertirían en una anarquía de los individuos y no del cuadro cinematográfico.

Hollywood ha ayudado a fomentar la mala imagen del productor, no solo por crear Weinsteins, sino por su trabajo industrial. Aunque la realidad es que existen mejores productores que progenitores de ferias y fuegos artificiales. En muchos proyectos el trabajo de producir depende de una mente creativa.

Sí contemplamos como industria a aquella que genera empleos sustentables, con sindicatos organizados y principios claros, ingresos importantes en la economía interna del país, que produce un producto de consumo masivo, que su mantenimiento y continuidad depende, en lo general, de sus propias utilidades. Entonces sí, la única referencia existente es Hollywood. Es tan poderoso este monstruo, que sus dueños y gerentes operativos, tienen la capacidad de ocasionar un festival, de prestigio internacional, para celebrarse a ellos mismos.

Bajo esta referencia, nadie, ni siquiera otras ciudades de los mismos Estados Unidos, puede llamar a su producción cinematográfica como industria.

Las variables.

El resto del mundo ha utilizado el referente Hollywoodense para crear sus pequeñas industrias. La copia más exitosa es Bollywood. Su éxito radica en que sus películas, no matear what, se pelean por distribución y consumo entre el 18 % de la población mundial.

Para que alguien presuma que tiene una industria, debe de imitar la plantilla laboral de quien ostenta, de manera incuestionable, el título de industria. De ahí que el puesto de productor ha tenido variables y distintas funciones a lo largo del tiempo.

La mayoría de las variables empleadas en Norteamérica para llamar al productor, se deben a sus necesidades logísticas. El resto, los que copiamos esta fórmula, se debe a nuestros egos. Esto genera muchas confusiones en las funciones que tiene el productor, así como la importancia de su figura en el resultado final del proyecto.

La función de un productor es utilizar las herramientas de la producción cinematográfica para adquirir y administrar los recursos necesarios para la realización de un proyecto en sus tres etapas: pre-producción, producción y post-producción.

¿Por qué aparecen varios productores en la lista de créditos y cuáles son sus funciones? Son según la repartición de utilidades.

Grosso modo mencionaré a los más comunes con alusión al sistema de Hollywood y en algunos casos explicaré sus funciones aplicadas en México.

Productor ejecutivo.

Representa a la compañía/s que hace la inversión. Puede ser económica o en especie.

Productor.

El cargo puede usarse de manera ornamental o de manera representativa.

Es ornamental, cuando su aportación es en especie y esta se ejerce en alguno de los tres procesos de la producción. También se otorga a un integrante de la producción, por lo general actores, que por el solo hecho de anunciar su participación —la película—, va a generar ganancias extraordinarias, o sea, más allá de las proyecciones. Por una mera motivación de sindicatos e impuestos, este personaje decide aparecer como productor para recibir ganancias de la venta de boletos en taquilla. Y de esta manera no cobrar una fortuna por su aparición a cuadro.

Es representativa, cuando este es quien toma las decisiones finales y como ya he mencionado, se encarga de la administración y aplicación de los recursos en los tres procesos de la producción.

El productor representativo es el jefe del departamento de producción, al cual pertenecen:

  • Gerente de producción: encargado de que se ejecute el plan de rodaje dentro de los límites de tiempo y económico. Es quien contrata y organiza a todo el personal debajo de la línea del presupuesto general.
  • Productor en línea: es un actor que se utiliza en ocasiones especiales y su nombramiento lo origina directamente la producción ejecutiva. Las razones de su existencia, se deben a que en ocasiones hay eventos que están fuera del presupuesto y este los debe de atender. En México ha pasado a hacer las funciones del gerente de producción, supongo yo que por el mote se escucha más bonito. Todo inició porque los Norteamericanos al filmar parte de sus producciones en el país, la figura que parece tener el control del set de filmación es el productor en línea.
  • Gerente de unidad de producción: Es el que organiza, en set, la transportación y establece las áreas de alimentación, camerinos, y oficinas de campo.
  • Jefe de producción: Es el encargado de la oficina de producción.
  • Coordinador de producción: Es el encargado de coordinar y programar, desde la oficina de producción, que los recursos se encuentren listos al inicio del llamado.
  • Asistentes de producción: son el personal que apoya a los responsables de las distintas áreas del departamento de producción.

De desearlo, a todos los puestos se les podría acomodar de una u otra manera la palabra producción en sus nombramientos. A la fecha, uno que se ha hecho ya de uso común, es el diseñador de producción.

Este fue creado cuando el cine, en sus inicios industriales, comenzó a demandar de puestos especializados. Hollywood al recibir la influencia del expresionismo Alemán, pero sobre todo al producir películas a color, necesito integrar a sus equipos a arquitectos, artistas plásticos, pintores, escultores… que diseñaran: vestuario, maquillaje, sets de filmación, colores, en sí, que dieran la imagen visual del proyecto. Su trabajo estaba alejado de los sets de filmación y su contacto principal era con el productor y director. Con el tiempo, cuando las producciones llegaron a tamaños apoteósicos, los integraron a la plantilla como parte fundamental.

En México, su función es la de ser director de arte, se les llama diseñadores de producción porque se ve mejor en el curriculum.

Arriesgando el pellejo.

Por lo general, un productor de cine, debe aprender a utilizar las herramientas de la producción, generar capacidad para tomar decisiones, saber de organización y administración, y lo más importante, conocer de cine y el significado de crear un cuadro cinematográfico de calidad. Esto lo podemos aprender en el universo del internet, en una escuela de cine, con experiencia de vida o en el set de filmación. Lo que no se aprende es a tener una cartera de clientes adinerados y dispuestos a arriesgar su dinero para hacer una película.

En México se cuenta con la fortuna del financiamiento estatal, el cual es el principal inversionista del país. A pesar de ello, se necesita tener más dinero para cubrir las ambiciones de los artistas del cine. Esto ha generado a una especie de productores, reflejo bizarro de productores Norteamericanos, que no hacen otra cosa que conseguir ese extra.

Estos reflejos, quizás amen el cine y les guste convivir en fiestas con actores y distintos artistas, pero la gran mayoría solamente sabe de inversiones y dónde conseguir dinero. Por este talento afortunado, se compran el nombramiento de productor.

Peros seamos claros, sin lugar a dudas su actividad necesita de algún tipo de gracia y creatividad, no obstante carecen de conocimiento para llevar a cabo una producción de cine.

¿Por qué es esto? Porque estos son verdaderos tiburones que están a la caza de invertir en películas nacionales y extranjeras y al conseguir el título de productor obtienen el derecho de distribuirla.

En México, por cada peso que entra a la taquilla, siete por ciento va a la producción (utilidades repartidas entre el productor y productor ejecutivo). Si esto es justo o no, no es tema de este artículo. Sin embargo, comparto un artículo que da una interesante perspectiva. Por otro lado, en algunas ocasiones, hasta un 17 % va al distribuidor. Sumen. Ahora bien, si tú estás solo dedicado a tu producción, la cual te llevará unos años en hacer y estrenar. Entonces, ya sea el 7 % o el 24 % de las ganancias, divididas entre los meses de trabajo que te llevó ganar esta fortuna, te va a dar una media de, el sueldo y las utilidades de tu trabajo.

El otro lado de la moneda, eres un productor tiburonero con dinero para invertir en un montón de producciones donde no tienes que encargarte de los trajines de ninguna de las fases de producción. Entonces agudiza tu ojo y olfato para escoger buenas producciones e invertir, y esperar sentado las ganancias —sobre la base del porcentaje de tu inversión a largo plazo—.

En el caso de que el lector pertenezca a la especie en extinción del productor de cine romántico e idealista. Que su objetivo sea formar un equipo de trabajo, contar una historia personal que rompa con esquemas narrativos y aporte a la grandeza del cine nacional, no le vendría mal tener una agenda con dos o tres contactos de productores-inversionistas.

¿Dónde aplica el productor su creatividad?

Cualquiera que haya hecho algún tipo de administración de recursos, llevar a cabo negociaciones y contratación de personal, le basta para entender dónde el productor aplica su creatividad.

Pero hay una característica creativa que distingue a un buen productor de cine de uno malo. Y es la manera de visualizar y materializar la escena cinematográfica.

Words, are cheap. The biggest thing you can say is “elephant”.
Charlie Chaplin.

Cuando escribimos una historia, no estamos pensando en costos de producción. El dinero y el Universo son infinitos. Pero al desear llevar a esa historia a la pantalla de cine, tanto los pesos como el espacio, son finitos. Aquí es cuando presumir de la creatividad forjada en la experiencia. No se trata que el productor elimine escenas incómodas o las que le parezcan imposibles de realizar debido a los altos costos. Se trata de comprender la esencia del guion y con un análisis profundo, decidir y resolver, escena por escena.

Una cualidad de un buen productor es cuando llega a desarrollar la visualización de un proyecto. Desde el envío del primer correo o llamada relacionada con este, hasta su estreno.

Advertencia que no está de más. En los oscuros callejones del mundo de la producción de cine, existen productores-lobos que presumen ser creativos y disponer de una cartera de inversionistas. La manera de detectar a estos parásitos, es cuestionarlos sobre sus capacidades. Sí, en lugar de mostrar resultados o determinación en la toma de una decisión, enseñan su portafolio y platican anécdotas de sus logros, es un lobo. Estos no son productores: creativos o inversionistas, son una patada en los huevos. Te susurran al oído las palabras adecuadas que te trasladan a la maravillosa tierra de los sueños creativos.

Es imposible quitar del camino a estos pseudo productores, son necesarios. Siempre van tras del dinero. Ni los podemos evitar ni dejar de depender de ellos, lo único que podemos reconocer, y es importante saberlo, es que son un simple intermediario y depositar la responsabilidad de decisiones de la producción en sus manos, va a generarte un costo muy alto.


Producir una película es una aventura magnífica. Llena de retos y obstáculos para superar. Es como armar un gigante rompecabezas. Para hacer un buen trabajo se necesita de una mente crítica y estar en constante aprendizaje. Para ser un excelente productor, además de lo anterior, se necesita una mente abierta, experiencia y saber obtener una lección de los peores resultados.

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