Es costumbre pensar que para convertirse en Director de Cine, primero se tiene que ser Primer Asistente de Dirección. Es posible que esta práctica se deba al título. La verdad es que un Director de Cine no tiene necesariamente que circular por ningún puesto del organigrama para convertirse en Director. Y la labor del Primer Asistente de Dirección, 1 AD por sus siglas en inglés (Firts Assistant Direction) está más en función a la del Productor.
El 1 AD es responsable de administrar el tiempo y de organizar al personal en el set durante la etapa de producción. Todo fuera del set, el material necesario para cubrir las necesidades de cada escena, es responsabilidad del Gerente de Producción. Justo por la tonta idea de que alguien que desea dirigir una película antes debe de ser 1 AD, a la hora de pensar en tiempo, se inclinan sus decisiones con los deseos totalitarios del Director, y la organización del personal, con las tacañerías del Productor.
El tiempo laboral de una película, ya sea por ley, por norma moral o por el mismo concepto por el cual se hace cine: contar una historia humana, debería de ser de doce horas. Ocho horas efectivas de trabajo, dos horas de comida y dos horas de traslados (inicio y final del llamado). El tránsito en el transcurso de un llamado company move, se incluyen en las ocho horas efectivas de trabajo en set.
Por supuesto, existen labores que están fuera del control del 1 AD, como son las horas laborales de los departamentos de arte, locaciones y producción. Estos son responsabilidad del Gerente de Producción. De ahí que deba existir una comunicación y coordinación entre estos dos personajes.
Cada película es distinta en cuanto a necesidades logísticas, y es por eso que para cada una se debe de hacer un trabajo previo y reconocer estas necesidades. Aunque el productor y su gente hacen un trabajo anterior que determina las necesidades generales, no es hasta que aparece el 1 AD que se establecen las necesidades de cada escena. Estas se deben de adaptar al presupuesto general que estableció el productor.
Cuando hablo de tiempo laboral del set —ocho horas efectivas— me refiero al tiempo que debe tomarse en filmar una escena. Como todos en el proyecto, lo primero que se debe de hacer, es establecer los objetivos que justifican la realización de la historia. Primero el Productor los enumera, luego el Director los ejecuta según su visión. El 1 AD es el que ayuda al Director para materializar su idea abstracta de cómo contar la historia. No es que lo ayude a decidir o decida por él. Después de vaciar esta información en datos claros y tangibles, organiza, con ayuda y presencia del Gerente de Producción, y el Director, reuniones con cada una de las cabezas de departamento para escuchar sus propuestas y necesidades. No todo lo que se genere en estas reuniones será una verdad. Hasta ese momento, lo único que se plantea, es lo ideal. Faltan dos filtros importantes para determinar qué sí se puede y qué no se puede.
El primer filtro es el límite económico que conoce y maneja el Gerente de Producción. Pero para establecer los límites de necesidades, primero se deben de conocer las necesidades del departamento de dirección de todo el proyecto. Es por eso la importancia de las reuniones en busca del ideal. El segundo filtro, son las locaciones, si se conocen de antemano y todas las cabezas de departamento las han aprobado, entonces este filtro desaparece. Pero rara vez se tienen las locaciones ideales o se conocen antes de las primeras reuniones, quizás un cinco o diez por ciento de ellas, y esto, es de verdad extraño. Una producción inteligente y con experiencia, sabe que una locación puede cambiar por completo las necesidades de una escena.
Esta sería la organización ideal, la realidad es otra.
Herramientas.
La responsabilidad de controlar un set de filmación es inmensa. Es algo que no se puede dejar en manos de una mente, aunque esta sea privilegiada. Son muchos los conceptos, detalles y horarios que hay en cada escena y deben de estar presentes para ser considerados en cada toma de decisiones, las cuales surgen en todo momento. Cada puesta en cámara conlleva a distintas variables que, mal conceptualizadas, varían el curso de una producción.
Para que las decisiones del 1 AD, sean sólidas y efectivas, existen algunas tareas y herramientas que lo ayudan a navegar entre el mar de tiempo, espacio y egos. No importa el tamaño del proyecto o la experiencia, un buen 1 AD, sabe que siempre se debe de hacer la tarea antes de llamar, por primera vez, a correr cámara. Es así que consigue hacer espacio en su mente saturada para la correcta funcionalidad del proyecto.
Preproducción.
La primera herramienta y, quizás, la más esencial para un 1 AD, es el desglose de un guion. Aquí se plasma cada detalle de cada escena. Ni debe confiar en su memoria ni debe retener información que le arroje su instinto. Digamos que el escritor en la primera escena de un western describe a un Vaquero Negro que siempre porta un revolver colt plateado. Por cuestiones de estilo y narrativa, omite mencionar este detalle de nuevo en la historia hasta que el personaje lo llega a utilizar. Pero eso no quiere decir que cada que aparece el Vaquero Negro en escena no lleve su colt plateada. En el desglose de cada secuencia, aunque suene tonto, debe de estar señalado y mencionar si es utilitario o vestuario. Lo mismo con el equipo especial, decoración, vestuario, etc. No solamente es vaciar los datos del guion, sino hacer una reflexión de cada escena y señalar lo que debe de estar a cuadro. Esto no significa que se desconfíe de la capacidad del personal de los distintos departamentos que, por intuición, entienden que elementos deben estar presentes. Este desglose es una guía detallada, de ayuda y consulta, para todos los departamentos. Qué más da que sobre información. Un desglose mal hecho, por ahorrar datos y evitar la sobre información, es la excusa perfecta de Legos y de aquellos de visión estrecha.
Para conformar el desglose de las escenas, solamente se necesita del guion —por supuesto—, una caja de colores y un ciento de hojas blancas o una libreta. Sé que existe software que hace esta tarea (menciono los más importantes enseguida), el punto es señalar que la labor, es manual.
Al desglose se le conoce como rallado —rayado para quien desea referirse a la empresa como subrayar— de guion. Consiste en desmenuzar los elementos de cada escena con distintos colores, no importa el código que se utilice. Digamos, azul: vestuario; rojo: personajes; verde: decoración; morado: equipo especial; etc. De esta manera, queda el guion pintado de distintos colores, y con anotaciones al margen en los casos que se necesita descripción o apuntes especiales. Luego, vaciamos esta información a hojas sueltas o una libreta —teniendo en cuenta, que una hoja debe de ser para cada escena, aunque solo se ocupe una fracción del papel—. El grupo de hojas, se convertirá, en ese momento, en la base de datos principal de cada escena. Estás hojas, también se irán editando conforme se recabe información. Para aclarar, nunca queda lista una escena, hasta que se filme, solo entonces se puede considerar concluida.
Los diferentes software que existen en el mercado son, la suite de ep Entertaiment Partners, la suite de Jungle Software, StudioBinder, Celtx y para aquellos independientes que no le temen al trabajo, G-Casper. Todos funcionan más o menos igual, y todos son similares. EP es el que se considera “profesional”, favorito de los estudios y entre los productores de la industria.
La Foto Maqueta, es una herramienta de ayuda que pocos aprecian. Es laboriosa, requiere de tiempo, imaginación, pensar, y demás cosas que los cineastas con experiencia dejan de utilizar. Pero cuando se hace, resulta de una ayuda incomparable. Consta de recrear en tres o cinco imágenes las acciones que definen cada escena. Cuando el Director sabe lo que quiere, no necesita la locación para ello y tampoco se necesitan a los actores, pueden ser standings.
Como mencioné, la Foto Maqueta es laboriosa, entonces nos conformamos con el StoryBoard que es prácticamente lo mismo pero con dibujos. Basta con saber hacer palitos, rayitas y bolitas para su elaboración. Aunque hay quienes llaman a un dibujante externo. Cualquier cosa sirve para llenar el vacío en una mente sin imaginación.
A la vez que se recaba la información, se establecen parámetros de tiempos y la cantidad de material con el que se cuenta, de esto nace el Plan de Trabajo. Este documento, nunca se puede dar por terminado, hasta el mismo momento en que se termina la etapa de producción. Debe de ser flexible y adaptarse a todos los imprevistos que surjan durante el tiempo de filmación.
El Plan de Operaciones o, de Trabajo, no es más que un calendario que especifica las escenas que se van a filmar cada día, sus horarios de trabajo y los días de descanso, los días de preparación y las entradas y salidas a una locación. Es un resumen general o, quien lo desea ver así, un mapa, que señala las actividades que se llevaran durante la producción.
Producción.
El trabajo del 1 AD, hecho en la etapa de preproducción, se pone a prueba en la etapa de producción. Aquí es donde sus cualidades de liderazgo y organización, así como una mente abierta y la experiencia, rinden frutos productivos.
La herramienta principal con la que el 1 AD se comunica con el equipo de trabajo, es la hoja de llamado. Este documento se elabora día con día durante toda la producción. En este se expone, de forma detallada, el lugar y hora de reunión del personal; los sets de filmación; el horario de, comidas del personal, maquillaje y vestuario para actores, presencia de los extras, preparación del set. Necesidades de material (utilera y decorados). La hora en la que se debe de estar listos para filmar y las escenas que se tienen programadas a filmar los tres próximos días. Sin embargo, por la inseguridad y temor a las confusiones, por lo general solamente se anuncian las del día siguiente. También se debe indicar cuando un set ha concluido o hasta la fecha en que se va a dejar de utilizar. Esto es para llevar el control de costos de la locación y ambientación.
Por conveniencia, en la hoja de llamado se omite la hora en la que se debe de terminar el día laboral. Esta omisión es en consecuencia al absurdo discurso: En el cine hay hora de entrada más no de salida. La frase, además de idiota, es contradictoria, pues, todos los cineastas, consideran su labor profesional y disciplinada. Esto es conveniente para las cabezas de departamento, ya que así justifican su comportamiento autoritario. Por supuesto, la frase le da un romanticismo a la labor del cineasta, que pone a la producción a niveles artísticos. Esta filosofía ha alejado al trabajo, más no al resultado final, de la labor del artista y le ha abierto la puerta a abusos y proyectos mediocres.
En la etapa de producción, el 1 AD, debe de estar en constante diálogo con todo el personal y dirigirse a todos con respeto. Una cualidad que debe de desarrollar es la voz de mando y aprender a comunicar órdenes de manera clara y concisa.
Su labor finaliza al terminar el último día del último llamado. Tradicionalmente, después del Martini Shot.
Puede darse el caso de que, después de revisar el material en la etapa de posproducción, se necesiten filmar o re-filmar escenas o hacer tomas de vistas y de establecimiento que salen del plan de trabajo original. Esto ya no es labor u obligación del 1 AD. Solamente en los casos que se haya llegado, desde la preproducción, a un acuerdo o este en su contrato.
El universo del cine, está lleno de mitos y leyendas. El contexto de la leyenda, depende de quién la propagó y bajo qué circunstancias. Un 1 AD se hace leyenda por cumplir con el trabajo, “en tiempo y en forma”. Esto es algo extraño en el mundillo “profesional” del cine nacional. Esta valoración está hecha bajo una perspectiva muy singular. La del Productor y/o la del Director, que al final del proyecto, solo evalúan que el trabajo se cumplió en fechas no mater what.
En realidad, bajo este concepto, el resultado lo puede conseguir cualquiera que sepa infundir temor, saque la mejor voluntad de las personas por medio de discursos banales y frases baratas. Intimide y tenga un conocimiento básico de organización. Estas no deberían ser las cualidades de ninguna persona que tenga bajo su mando a personal.
Y, por supuesto, sobresale más aún su trabajo cuando se llevó a cabo, en una producción con jornadas laborales de más de quince horas diarias, con escasez de recursos ocasionados por la tacañería o mala administración del Productor, con actores talentosos pero caprichosos, etc. Entonces sí, justificamos un poder absoluto y totalitario dentro del set. Un Leviathan magnífico.
Pero esto no debería de ser así. Las películas exhibidas son obras de arte, no obstante su elaboración, aunque cada una de sus unidades es una labor artística, depende de un ejercicio laboral. Un trabajo en equipo, y el responsable de coordinar a este equipo en la etapa de producción dentro del set de filmación, es el 1 AD. Todos los integrantes de una producción son profesionales contratados, ninguno es una imposición, al menos no debería serlo. Justo por esto, debemos de tratar a nuestro personal como compañeros con un objetivo similar.
Cuando todo es desorganización, falta de materiales, tardanza en entregas, en resumen, mala comida, cama dura y mala paga. Es debido a nuestra irresponsabilidad; por haber aceptado las condiciones de trabajo. No hay cabida para: El arte es sufrimiento, estás aquí porque quieres, así es la vida del cineasta, y demás estupideces que justifican nuestras carencias profesionales.
Si alguien debe de sufrir, arrancarse los pelos, desvelarse y no cobrar por su trabajo en los proyectos que son mal administrados, son quienes lo hacen arriesgando el pellejo. Por lo general, los Productores y el Director. El resto de la gente, está ahí para hacer un trabajo, y es solo eso, un trabajo.
Como consejo final, cuando estés en una producción en la que alguien justifica los malos tratos o de antemano, discursea que debes de sufrir para “pagar tu derecho de piso”, huye.
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