El ruido de la tecnología.

Es tan extraño ver a las personas sacar una pluma y libreta para hacer apuntes, que se ha convertido en algo vintage, cuando unos veintidós años atrás, era de lo más común. La ilusión colectiva, cree que las últimas dos décadas, hemos hecho los avances tecnológicos más significativos en la historia de la humanidad. Esto es falso. Lo que hemos logrado, son mejoras en los microprocesadores y la combustión de carbón. En cuanto a la creación de nuevas tecnologías, estamos lejos de la que vivió a finales del siglo XIX.

Muy similar a nuestros teléfonos celulares, solamente nos hemos convertido en una pequeña actualización que se vende muy cara. El gran problema, además de la falta de una innovación de verdadera tecnología útil, es que nuestros sistemas de trabajo siguen funcionando igual que, al menos, la década anterior.

Si lo pensamos un poco con detenimiento, el único cambio significativo en esta década es, que ahora se utilizan más bots y a la inteligencia artificial, para atender las quejas y dar soluciones a los clientes que no saben utilizar una identificación digital en sus celulares.

La tendencia a creer, que todos los gadgets y softwares modernos, facilitan y mejoran nuestro trabajo, es cuestionable. Por ejemplo, en el caso del cine, escribir un guion es más sencillo, si hablamos de su edición. Si por otro lado, hablamos que la tecnología ha ayudado a los escritores a escribir mejores historias que, no sé, en los años cuarenta del siglo pasado, entonces sería distinta la conversación. Con uno de los tantos programa que existen en el mercado, sin lugar a dudas, la computadora personal facilitó el proceso de escritura y la edición, pero en cuanto a la calidad, no hubo una diferencia significativa, esto, por la cantidad de ruido que genera la tecnología.

La ventaja del proceso.

Las compañías de equipos celulares de hoy en día (Mac, Samsung, Xiaomi, etc.) cada año inundan las noticias con sus nuevos aparatos. Según sus publicistas, los aparatos nuevos tienen, “grandes mejoras”, en comparación al modelo anterior. La verdad es que, el último gran salto que dieron los equipos de celular desde que comenzaron a venderse al público en general, fue el Blackberry, desde entonces, se han vuelto más atractivos, pero su utilidad productiva continua igual.

Sí, un celular actual, tiene muchas más funciones que el Blackberry de hace una década. Ahora podemos escuchar música, ver y tomar fotos en alta resolución y consultar nuestro calendario a cada segundo. Pero esto no nos ha hecho más productivos, como presumen estas compañías. De hecho, el alza de productividad en promedio a nivel mundial de los países del primer mundo, ha aumentado, tan solo, un pequeño punto porcentual. Esto se debe a muchas razones. Una de ellas es que, a pesar de tener siempre al alcance uno de estos aparatos, el mundo, como lo ha hecho desde hace 300,000 años, depende de la agricultura.

Existen muchos ejemplos en los que la tecnología ha mejorado los procesos, por desgracia, estos solo existen de manera significativa en la exploración científica. Aún la forma favorita de los expositores para presentar proyectos, incluso, aquellos de avances tecnológicos, es por medio de presentaciones en PowerPoint o similares.

Aunque existen herramientas que podemos utilizar para mejorar la efectividad de nuestro trabajo, no las sabemos utilizar y no explotamos sus capacidades al máximo. Es el resultado de desconocer los procesos y las razones de porque existen.

La curva de aprendizaje.

Para realizar una tarea, cualquiera que sea esta, requiere de un proceso. Alguien, en algún momento de la historia, creo un proceso para cada tarea que se lleva a cabo. Señaló una serie de pasos a seguir para obtener un resultado. Algunos pasos, de un proceso cualquiera, son intuitivos para unos, para otros, desconocidos, pero si es nuestro deseo alcanzar una solución, deben de suceder todos los pasos del proceso.

Más fácil el acceso a tecnologías nuevas, menos voluntad de aprender. Indagar en los procesos es algo que nos hace ver poco inteligentes, preferimos guiarnos por nuestra intuición, en lugar de investigar y después mejorar el sistema. Leer un instructivo, es una pérdida de tiempo, estos existen porque hay personas tan torpes, que no saben nada de nada.

Pero los instructivos existen para guiarnos. En el momento que comprendamos cómo funciona algo, entonces y luego entonces, es cuando podemos modificar el proceso al reconocer cuáles pasos son intuitivos para nosotros y cuáles son un aprendizaje.

Mientras esto no suceda, la tecnología no está trabajando a nuestro favor. Es por esto que tantas personas “inteligentes” terminan esclavizados por esta.

La mejor herramienta.

Lo simple, que no es lo mismo que simpleza, siempre es el mejor camino. Un inteligentísta siempre encuentra la manera de complicarse la vida. Sabemos que la distancia más corta entre dos puntos es la recta, porque insistir en que una recta es una curva, va más allá de la lógica y la razón.

Todos los días aparece alguien que nos ofrece mejores softawarespara mejorar nuestros procesos de creación. Ninguno de ellos será funcional si no tenemos claros nuestros objetivos y comprendemos los procesos que nuestra labor demanda.

Nuestra evaluación para escoger entre una actualización o no, debe de estar basada en nuestras necesidades. Tener lo más moderno no significa ser más efectivos, al contrario, las actualizaciones pueden hacernos perder el tiempo durante la curva de aprendizaje.

Otra manera de escoger erróneamente una herramienta es dejarnos llevar por la moda o popularidad de esta. Cuando escogemos un nuevo sistema o aplicación sin saber sus alcances y si estos, nos funcionan, podemos caer en la trampa del ruido tecnológico.


El motivo que nos lleva a mejorar nuestras herramientas y aplicaciones, debe de ser para acelerar nuestros procesos de trabajo. La mayoría de las compañías que crean y actualizan estas herramientas, no siempre presentan mejoras en los procesos, por lo general, sus actualizaciones son más estéticas que funcionales. Nosotros aceptamos esta convención por desconocer a fondo como hacer nuestro trabajo. La manía, termina por enterrarnos en un montón de mecanismos que, vistos a detalle, hacen lo mismo que el anterior, solamente que esta vez, con un mejor color y una mejor cámara.

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