Pasos para escribir un guion de cine.

Escribimos todo el tiempo, desde listas, mensajes de correo, hasta comentarios en las redes sociales. Sin embargo, cuando se trata de escribir nuestro guion de cine surgen todas las inseguridades que nos justifican para no escribir.

La mayaría de las inseguridades, que surgen al escribir, tienen su raíz en el hecho de que ignoramos como comenzar. También el miedo a ser juzgados. Ambas razones no son tan difíciles de superar, desaparecen en cuanto comenzamos a trabajar en nuestro guion.

Escribir un guion es abrumador, la verdad es que cada que se comienza uno es algo intimidante. El simple hecho de mirar una hoja o pantalla en blanco, con el cursor tintineando como su fuera un segundero, es difícil de sobrellevar. Pero en cuanto dejamos que el flujo del trabajo y la concentración se apoderan de nosotros, ese sentimiento de congoja, desaparece.

Para la persona que no tiene la costumbre de escribir, entrar en el flujo —la zona como la llaman algunos—, es una tarea complicada. A cada línea nos invaden las dudas, vemos errores donde ni siquiera existen. Esto es por no tener un proceso para escribir un guion. No hay un proceso que sirva para todos, cada escritor va encontrando el suyo propio a través de la constancia.

En este artículo propongo un proceso que es muy general, se puede pulir o adaptar dependiendo de las necesidades de cada persona. También se puede adoptar. Es sencillo y práctico, su objetivo, es ayudar al escritor a encontrar una ruta para desarrollar un sistema personal.

Antes de entrar de lleno en los diez pasos para escribir un guion, quiero aclarar una cosa. Si es la primera vez que escribes un guion, no hagas caso a las teorías de plots y beats. Escribe natural, libre, sin que en un principio te estorben cuestiones, que con el tiempo entenderás y desarrollaras por intuición y sentido común.

Paso 1.— Consigue un software para escribir guiones.

Escribir un guion desde cero siempre ha presentado una dificultad desde el tiempo en que se metía la hoja dentro del carrete de la máquina de escribir. En el pasado, un escritor solitario y principiante tenía que, sin lugar a dudas, dominar la mecánica de los aparatos de escritura de su época. Los ya famosos o con recursos, dictaban a secretarias, otros escribían en libretas y cuadernos y estas las mandaban a transcribir.

Los tiempos modernos ya demandan de saber mecanografía, pero sí es importante conocer el formato del guion. Siempre se puede emplear el modelo antiguo, escribir en cuadernos y pagar a alguien para que lo transcriba en formato. Cuando se cuenta con el dinero y el personal, ¿por qué no?

En el mercado existen una cantidad extensa de programas de escritura. Gratuitos y de pago. El más común y favorito de la industria es el Final Draft (de pago). La gran diferencia entre todos son las opciones de exportación. Los de paga ofrecen algunas herramientas que ayudan a la escritura como pizarras, líneas de tiempo, señalización de beats… Lo único fundamental, que deberíamos de fijarnos del programa de escritura que escojamos, debe de ser la facilidad con la que se ajusta al formato del guion la escritura.

Por mejor que sea el software por el que decidamos, no olvidemos que este no va a escribir por nosotros ni tampoco, su popularidad y herramientas, van a influir en la calidad de nuestra escritura. Billy Wilder, quizás el mejor guionista que ha existido, escribió cuando aún no había un formato establecido, solamente necesitaba de pluma y hojas, claro, y una secretaría hábil que transcribiera todo.

La tecnología actual nos da la ventaja de escribir sin distraernos en cuestiones del formato para enfocarnos en la historia que deseamos contar. Y esta es la única razón por la cual escoger entre uno u otro.

Paso 2.— Trabaja en una buena historia.

Comúnmente se dice que todos tenemos una historia que contar. No dudo de que sea cierto. Pero hay una diferencia entre tener y saber contarla.

Las historias, en lo general, cuentan con un principio, una parte media y un final. De ahí que se hable mucho de los tres actos. No necesariamente las historias tiene que ser lineales y contarse en tres actos. Lo importante, es que todas, deben de contar con estas tres partes esenciales.

La manera para saber en qué historia se va a trabajar es muy sencilla. Toma una hoja tamaño carta y divídela en tres partes exactas. En la primera fracción escribe el principio, en la segunda, la parte media y en la tercera el final. No debes de abarcar ni más ni menos que lo que se marque en estos límites. El motivo, ayuda a encontrar el tema y el hilo narrativo de la manera más concisa posible.

Paso 3.— Escribe la trama principal en una línea (logline)

Todas las novelas, cuentos, películas, cortometrajes, series y obras de teatro, se puede describir su trama principal, en una línea. Esto no es que la historia sea sencilla o simplista. La trama es una cosa; como la desarrolla —muestra— el autor, es otra cosa distinta.

El logline, además de claridad, ayuda al escritor a no perder el hilo de la historia durante la creación. Es de lo que se busca hablar. El fracaso de muchas obras se ha debido a la confusión del autor, por lo que es su premisa con la narración de la historia. Por decir algo, la premisa (logline) puede tratar de la envidia entre dos hermanas por un hombre. Esta envidia es lo que mueve a la historia, es la que muestra el suspense, el drama. Imaginemos, ¿qué sucedería si a mitad de la obra el autor nos habla de dos hermanas vengativas que desean destruir hombres? Funcionaría para un público apático sin lugar a dudas, pero no sería una obra de calidad.

Es posible que a la mente se nos vengan obras de cine, sobre todo las corales, que parece cambiar su premisa a la mitad o son distintos temas de los que se habla. Sin poner ejemplos específicos, esas obras que se te han ocurrido al analizarlas, podrás descubrir que la temática general es la misma y su premisa es sencilla.

Paso 4.— Personajes.

Los personajes son quienes nos llevan de la mano a través de los conflictos y confusiones del autor. Por esto, debemos desarrollarlos con mucha consciencia.

Es válido crear personajes de poca profundidad, de una sola dimensión; buenos o malos. Para dar calidad y despertar un interés en la historia sería bueno, por lo menos, construir a dos personajes principales tridimensionales. Esto es, que se asemejen más a las condiciones psíquicas del ser humano.

El desarrollo de personajes se hace a través de una biografía de cada uno de los que van a parecer en tu obra, debes de generarles antecedentes. Estas biografías son de mucha ayuda al escribir. Con esta herramienta evitas dar señales confusas al público. Por lo general, las señales incongruentes aparecen cuando llevas a tu personaje a tomar una decisión. Si no das los datos necesarios que justifiquen el por qué de la decisión o duda del personaje, el público no conectará con este.

La gran pausa.

Antes de dar los siguientes pasos, hay que trabajar en tres etapas que nos ayudaran a seguir el camino.

  1. Título de la obra.— Quizás tengas uno desde el principio, posiblemente no. Toma un tiempo para pensar en uno, no tiene que ser el definitivo, pero el tener un título te ayudará a identificarte con la historia que estás a punto de desarrollar.
  2. Investigación.— Con el resumen de tres partes y el desarrollo de los personajes seguro habrán salido a flote muchas dudas. Tienes que aclararlas antes de comenzar o serán un lastre u obstáculo para avanzar.
  3. Visualización.— Aquí es cuando nos sentamos tranquilos frente a un escritorio, en un parque, caminamos o cualquier lugar que te permita enfocarte e imaginar sin que nadie te interrumpa. Es importante que visualices toda tu historia antes de escribirla. La imaginación y el enfoque son las dos únicas herramientas que necesitas.

Paso 5.— Escribe un tratamiento.

El tratamiento es un documento en el que se narra la historia de un guion en prosa. Se parece mucho al primer documento, la hoja en tres partes, pero con más detalles y ya con los personajes y la descripción de las principales situaciones dramáticas.

También existe para que el escritor mida el interés de la historia con terceros, sean productores, amigos o equipo de trabajo. Este no debe de ser de más de tres páginas y no menos de una página.

Los elementos que contiene son, título, premisa, resumen de la trama o situaciones dramáticas, personajes principales.

Paso 6.— El bosquejo.

El bosquejo es un mapa de la historia. Es el armado de las secuencias integradas con un resumen, acciones, lugar y personajes que juegan en ellas.

La funcionalidad de este mapa es una ventaja para no perderse durante la escritura y podernos enfocar en la historia sin estar desgastando la memoria, la cual debe de estar empleada en la imaginación.

Paso 7.—Primer tratamiento.

Escribe siempre a la misma hora y todos los días. Sé constante y paciente, recuerda que es un maratón, no un sprint. La paciencia y la rutina serán las claves de cumplir con éxito y llegar hasta el final. Hay dos maneras de administrar tu energía durante la escritura.

La primera es contabilizando la cantidad de palabras que puedes escribir por sesión. Para saber calcular tu cantidad de la que eres capaz lo tienes que hacer desde el primer día de escritura. Sentado ante las hojas en blanco y listos para comenzar, escribe sin detenerte por treinta minutos seguidos. Es importante que no hagas interrupciones como prepararte un café, ver las redes sociales o investigar tal o cual palabra. En una hoja aparte escribe la cantidad de palabras de la sesión, descansa veinte minutos y después regresa a tu espacio de trabajo. Escribe durante otros treinta minutos. Ya que tengas estas dos cantidades sabrás cuantas palabras escribes en sesenta minutos.

Con esta información puedes determinar cuantas horas vas a trabajar con relación a cuantas palabras deseas escribir por día. Piensa en una cantidad que no te desgaste tanto como para no dejar energía y voluntad para hacerlo al día siguiente. Entre 1,000 y 2,000 palabras al día es suficiente. Aclaro que habrá días en los que escribas menos y habrá días en los que escribas más, esta cantidad solamente es un referente. Lo valioso es que no te desgastes y trabajes sin distracciones.

La segunda es hacerlo por tiempo, entre dos a cuatro horas al día está bien. Cuando ya tengas muchos guiones y novelas quizás puedas sentarte a escribir por siete, ocho o más horas. Depende de uno. Lo cierto es que escribir cuatro horas seguidas es desgastante y hacerlo por varios días, en muchas personas, como en mi caso, es desmoralizador. Llega el momento en que ya no solo estás luchando contra las palabras, sino contra tu espíritu. Por eso hay que saber administrar la energía.

Una forma de motivarte para iniciar el día siguiente de escritura después de una larga sesión, es suspender la narración justo al saber que va a continuar. Esta suspensión será la patada que al día siguiente te ayude a comenzar.

Para aquellos que no tienen la libertad de escoger tiempos para escribir como lo son padres con hijos pequeños, personas que trabajan en empleos mecánicos —de nueve a nueve—, lo mejor es encontrar tiempos en los que no van a ser interrumpidos y adaptarse a lo que el día ofrezca. Es un juego y reto distinto, pero muchas personas lo han logrado hacer. Levantarse en la madrugada, dos horas antes de que comience el torbellino del día o dormirse dos horas más tarde después del huracán del día, para escribir. Trabajar entre juegos y comidas, vamos, cuando la voluntad es fuerte se encuentra el camino. Hoy en día tenemos la ventaja de los celulares y tabletas. No existe el lugar ideal, las mejores historias se han escrito bajo las peores y complicadas condiciones de vida.

Paso 8.— Descansa.

En el momento que escribas FUNDIDO A NEGROS, apártate de la historia. No hagas una lectura final, no corrijas, no pienses más en el proceso que acabas de terminar. Deja que la historia descanse. Entre más distraído estes de ella, tus ojos estarán más frescos cuando regreses a ella.

El tiempo en que estés alejado del guion, depende de ti. Pero procura que no exceda más allá de un mes, de lo contrario, se te hará muy pesado retomar el ritmo. Aprovecha la inercia. Esta pausa sirve para recuperar fuerzas y para dejar que las ideas se asienten.

Paso 9. — Reescritura.

Se cumplió el tiempo de descanso, ahora es el momento de trabajar en la reescritura del guion. Nadie, al menos que me conste de facto, escribe un guion en una sentada. La escritura lleva tiempo. El primer tratamiento depende del flujo creativo, por eso es necesario que se haga sin interrupciones, pero después de este, viene la edición y corrección de las escenas. Pulir los diálogos, transiciones, verificar el arco dramático.

Si ya has apartado un tiempo de escritura, utiliza este para continuar con la edición y reescritura.

Paso 10.— Completa el borrador.

Después de la edición se hacen las revisiones a los detalles, como son los encabezados de secuencia generales y sus unidades. Estos siempre son una confusión en los guiones que hablan del mismo lugar de distintas maneras. Otro punto a revisar son los tiempos en los que sucede la historia y su congruencia, días, noches, atardeceres… Cada secuencia tiene su tiempo y espacio.

Como detalle final, para dar carpetazo a la escritura del guion, revisen si no pueden ser más concisos y cambiar la prosa poética por acciones. Esto enriquece mucho el ritmo de la historia.


Escribir es un trabajo que demanda mucha concentración. La administración de la energía en cada paso es importante y la concentración en el momento de escribir es de suma importancia para la lógica de la historia y para el ánimo del autor.

Lo más relevante que se debe de tener en cuenta, es que al decidir por escribir, tenemos que estar convencidos de mostrar nuestro trabajo. Inscribir en talleres nuestro guion o darlo a varios mentores, no va a mejorar la escritura de lo que, nuestro instinto y alma, han logrado. Tampoco asegura el éxito. Muestra tu trabajo y defiende tus ideas.

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