El emprendedor devaluado.

En un país en el que el desarrollo cultural y tecnológico es mínimo y la mayoría de los negocios triunfantes son fábricas de reciclaje de las ideas de otros países o ensambladores de proyectos ya masticados y probados, el trabajo del emprendedor es, más que una aventura, un suicidio.

La Palabra Perfecta.

Antes de sentarnos a la orilla de la cama y colocar el primer pie en el suelo, justo en el momento que abrimos los ojos, aparecen nuestras metas del día. Cuando no reflexionamos en ellas el día anterior, son una carga pesada que debemos de aligerar lo antes posible.

Entretener ideas en la cabeza y funcionar.

Las conversaciones, internas y externas, con una o varias personas, generan ideas. Impresiones de la realidad. Expresarlas les da solidez. Ese es el objetivo, no el de aceptar cualquier impresión como real y auténtica, sin filtrarla a través de nuestra consciencia.

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